13 mayo, 2018

La Familia

En una de las cajas de la biblioteca encontré una agenda color verde del año 2015, entre sus hojas hallé un texto que en unos pocos párrafos describía la familia con la que viví hasta hace unos años.

Trascribirlo es desandar sobre lo pasado, pero desde un lugar seguro.

Vivir en dentro de una burbuja, tan cerca pero tan lejos de la realidad, bajo las capas de una familia que trataba de conservar o cuidar para que todo permaneciera en su estado “natural”.

El mandato predominante para las mujeres del hogar, era formar una familia tradicional, si te deslizabas por fuera de ello, “La Familia” se encargaría de subsanarlo dentro de la parentela, sino qué dirían los vecinos.

La mujer debía cumplir con su destino, si ella se “descarriaba” se hacía todo lo posible para conservar las cosas como estaban. No importaba la mujer, ella no tenía poder de decisión, dado que su familia estaba rescatándola de su “error” por lo cual tenia que estar agradecida.

De esta manera daban tratos crueles sobre las miembras mujeres que iban por el camino correcto. Se obligaba a practicar interrupciones de embarazos con “una curandera”, que utilizaba cualquier método sin importar la salud de la persona, se daban hijxs extramatrimoniales a otras parejas de la familia para que los tuvieran bajo su tutela.

Delineaban como debía ser una mujer y cual era su destino, había que formar una familia y tener hijxs dentro del matrimonio “como Dios manda”. Podías estudiar, pero era accesorio, tomar dos vasos de alcohol para ellos eras ya considerada una alcohólica, una clase de mujer cualquiera.

¿Qué sentí al leer esto?

Se que en el momento que escribí sentía mucho dolor y bronca por el actuar de esa familia, a la cual caí solo para acompañar a mi madre. Desde aquella oportunidad trato de estar con ella acompañar a mi forma, decidí apartarme de sus familiares para elegir libremente quien quiero ser.

Mucho de lo que escribí me lo conto mi madre, no tenía a quien más decirle, ella había sido la descarriada, por lo que yo también cometería los mismos errores, en palabras de ellos.

Esta niña que ahora es mi madre nunca fue acompañada con amor, ni una palabra ni un consejo, siempre fue reprimida en sus acciones, no pudo conocer herramientas de autocuidado, ella no sabía ni tenía información sobre como cuidarse de enfermedades de transmisión sexual, mucho menos de un embarazo. Siempre le decían que estaba prohibido, pero no comprendía el por qué, porque no podía disfrutar de su sexualidad. La respuesta es porque ella no tenia a “un hombre” a su lado, que no era la forma de tener hijxs así, entonces se le restringía su derecho a decidir a elegir tener o no hijxs.

Esta familia causo gran dolor a muchas personas, a mi madre y sobre todo a mí, me denigraron desde mi infancia sus palabras entraron a lo más profundo de mí, generándome falta de confianza y miedo de cometer lo que ellos decían “errores”.

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