Toda mi infancia hasta mi mayoría de edad, vivimos junto a mi madre en la casa de mis abuelos, allí también habitaban dos tías y dos primas.
Recuerdo que todes, menos una de mis tías, salían muy temprano para ir a sus trabajos. Por lo que me quedaba junto a mi prima al cuidado de mi tía, ésta nos despertaba a los gritos, luego nos ordenaba a realizar la limpieza de la casa.
Mientras baldeaba el piso me agredía verbalmente, siempre me pisoteó con sus palabras. Aprendí a leer mientras ella me gritaba, diciéndome “que no servía para nada” así me enseñaban.
Ellas aprovechaban la ausencia de los demás para descargar su munición, no había oportunidad que desaprovecharan, para quebrantar toda esperanza. Porque si tu madre no había sido una “callejera” vos seguramente seguirías el mismo camino, me lo repetían constantemente.
Trataba de ser fuerte de no romper en llanto, pero era cada vez mas difícil, al mismo tiempo no entendía por qué tanta agresión, me preguntaba ¿si les había hecho algo?
Esta situación repercutía en mis estudios, todo el tiempo sentía que no iba a poder. Me marcaron profundamente, engendraron en mí el miedo de repetir la historia de mi madre, la descarriada.
En el transcurrir de los años mis primas me trataban de la misma forma que sus madres, trataban todo el tiempo de dejarme mal parada y culpabilizarme por sus tropiezos.
Los días pasaban haciéndose cada vez más trancoso hallar una salida. Aunque en esos años intente correrme, creo en las horas de la secundaria me sentí un poco mas libre.
Con mi madre no encontramos la escapatoria, pero ellxs si, un día después del fallecimiento de mi abuelo decidieron que nos teníamos que ir. Mientras juntaba mis zapatos en cajas, en la misma habitación mis primxs veían una película. Me aguante las lagrimas y trate de apagar la furia que corría por mi cuerpo, una sensación absoluta de desamparo.
Esa salida forzosa la convertimos en nuestra propia libertad, batallando pudimos salir adelante. Romper ese discurso que nos imponía como debíamos ser para poder elegir por nosotras mismas.