Casi al finalizar el secundo año de la secundaria, mi madre respondió a mi deseo realizando un sobre esfuerzo a nivel económico, para que pudiera asistir mi ultimo año en uno de los colegios privados con alta talla de la localidad. Ese ultimo año pude tener todo lo que quería una chica de mi edad, aunque el costo de mi anhelo generaría un amargo resabio.
En este último año me reencontré con mi prima, que estaba en el mismo curso que me asignaron, a pesar de que vivíamos en la misma casa, ella allí aparentaba ser otra persona. Ella trataba de separarse de mí, el resto de mis compañeros/as no me integraba con la excusa de que el grupo ya estaba conformado, me fue difícil porque quizás no podía esconder la persona que era, a pesar del esfuerzo no pude encajar.
Otra de las cuestiones que afianzaba la estructura del grupo era el viaje de egresados, el cual ya estaba cerrado, la única forma de ingresar era abonando una cuantiosa suma en unos pocos meses. Como dije anteriormente mi madre puso todo de ella, esta vez saco un préstamo para poder costearlo, sabiendo que el pago dolería los próximos meses, pero que seria un recuerdo imborrable para mí.
Llego el momento del viaje, estaba muy emocionada al igual que mi madre, era la primera vez que ambas estaríamos lejos la una a la otra. Nos despedimos a través de la ventanilla, para luego iniciar el gran viaje, mientras los llamados “coordinadores” se presentaron e indicaron cómo sería la organización, a nivel general, de ahí en más.
Tengo el recuerdo de sentir una especie de atracción por uno de ellos, percibí que había momentos del viaje en los cuales había un tímido coqueteo. En el trayecto del regreso del viaje nos sacamos una foto, y nos despedimos de manera amable y seguimos adelante. Pero a la vuelta de clases, y por intermediación de una compañera empecé a hablar con él, al principio de manera telefónica. Yo no estaba segura de mis sentimientos, me atraía, pero no sabia si me gustaba, estaba descubriendo mis sentimientos.
Seguimos charlando a través de mensajes de texto, no recuerdo ninguna conversación trascendente. Al tiempo pautamos un encuentro, el punto medio fue la Plaza Constitución, no puedo olvidarme mas que lo espere mas de una hora y todos esos largos minutos dude del encuentro, mi cabeza tenia intensión de irse, pero mi cuerpo no respondía a la orden.
Pero finalmente llego, no hubo ninguna conversación, arranco la camioneta y se dirigió a un hotel alojamiento, me deje llevar ya no había salida a la situación. Él se empezó a sacar la ropa, mientras yo estaba paralizada, por lo que me empezó a apurar para que tuviéramos sexo, cerré los ojos rogando que se termine, pero parecía que no tenia fin. Aunque todo termino cuando el acabo con su placer, luego me llevo a la estación donde espere el colectivo para que me llevara de regreso a mi casa. En el trayecto me culpabilicé por quedarme, por no decir nada, por paralizarme, luego me sentí sucia y muy avergonzada.
Esta persona en el transcurso de los días me empezó a mandar fotos de su pene además de decirme todo el tiempo “dale si te gusta, te deseo de nuevo bebé”, decidí bloquearlo, sin embargo, siguió escribiéndome por Messenger, donde de nuevo me decía “si sos una putita, no te hagas desear”, me sentía totalmente atrapada. Por lo que se lo dije a mi prima, en ese ínterin ella toma la comunicación lo frena en su accionar además de decirle que contaríamos lo que hizo, ahí se terminó. Pero ese solo fue el fin del hostigamiento, una parte del abuso que me propino, que dejo huellas en mí.