31 julio, 2020

Escapar de la violencia

Imagen: Romilustraciones

Al empezar a buscar en mi cabeza recuerdos de mi niñez/adolescencia, encuentro momentos dolorosos, por lo que es una tarea ardua encontrar los buenos.

Hasta los 23 años viví en casa de mis abuelos junto a primas y hermanas de mi madre. Una familia de clase trabajadora, todos comenzaban su a eso de las 4am y regresaban tarde noche, se desempeñaban en casas de familia, y mi abuelo en una empresa tercerizada de Edesur.

Pero había una persona que no realizaba ninguna actividad bajo la cual estábamos “cuidadas”, nos despertabamos con sus gritos dirigidos mi y a mi prima, pero siempre era mayor la violencia hacia mí. Nos instaba a limpiar la casa, muchas veces mi prima zafaba maltratando me a mi. Limpiaba mientras se me caían las lágrimas preguntándome por qué pasaba esto.

También me acuerdo aprender a leer mientras me gritaban palabras hirientes con la intención de hacerme sentir inferior. Siempre me comparaban con una prima, siempre diciéndome que no podía que nunca prodria, que era una burra.

Claramente esto repercutía en la escuela, escuela privada católica. En la que era “la mudita”, en la que “me cuidaban” que nadie me pregunte si tenía padre, en la que durante varios años un varón me violento a través de concursos estereotipados de belleza en que participaban todos y elegían a la más linda y la más fea del aula, yo “ganaba en el último caso”, el que además una vez me presiono un brazo generandome una lesión.

Mi madre no sabía de esto, laburaba todo el día, me regalaba cosas lindas pero no podía estar mucho presente. Ella también era tratada como la oveja negra, cómo la peor, la que siempre hizo mal las cosas. Claro yo era la hija de “la peor” que otro trato podía esperar de esa familia.

Situaciones similares viví entonces la secundaria, empecé a salir con unas compañeras, ahí comencé a ser la puta, porque me transaba a varios porque conocía a muchos que tenían auto. Y a esto le sumaban ellas y “la familia” que era una borracha. Lo fuerte era que confiaba en personas de mi misma edad pero me violentaban de manera similar que los adultos.

Encontré un refugio en las personas que tenía una especie de relación sentimental, me sentía linda, querida y cuidada. Cuando me encontraba con ellas disfrutaba un mundo paralelo, no me sentía tan sola, momentos en que podía sentir un poco de felicidad sin conocerla.

Muchos años después pude expresarle con insinuaciones o pocas palabras a mi madre el maltrato por parte de su familia. Incluso una vez logré enfrentarlas cuestionando las por qué me violentaban tanto, pero la respuesta de la violenta era culpabilizarme.

Pude escapar de lo que querían que fuera, me costó avanzar mucho en la mayor parte de mi vida a consecuencia de estás violencias. Hace poco logré de alguna manera superarlas, darme cuenta de lo que puedo lograr de que a pesar de lo que atravesé pude salir. Me duele un poco en el cuerpo y el pecho, pero escribirlo es una forma de sacarlo afuera.

written by veronica - Posted in Momentos

Comments

1 thought on “Escapar de la violencia

  1. Es difícil vivir en la violencia, uno siempre se culpabiliza una misma. Tarda en entender que una fue víctima de personas violentas que entregaban lo único que tenían en su corazón y que no fue a ti, en lo personal, que entregaban odio, eso era lo que ellas tenían para entregar. Ojalá un día entiendas que tú no eres como ellas, que tú eres buena y sensible y tienes derecho a ser feliz y
    Quererte a ti misma justamente con esa experiencia que hay dentro de ti. Aceptar
    Su experiencia es una de las cosas más difíciles en la vida. Pero No imposible! Medita y cree en ti. Te quiero 😘💕

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