Rodeada de gente que se comunica y acompaña entre sí, pero que no quieren escuchar,
ni mucho menos ver. Me apartan, me excluyen e intentan dejarme en soledad.
Generando comentarios maliciosos para dejarme mal parada.
Mientras van armando un círculo cada vez más pequeño evidenciando que no soy parte de él,
que no podré contar sus miserias.
Intento levantarme, diciéndome que tengo que ser fuerte a pesar de estar triste y cansada.
Cansada de luchar por lo que creía que estaba bien, cansada de no encontrar ningún apoyo.
Creo que no se podía callar lo que sucedía, y me quedé sola dentro de un grupo.
Tuve pensamientos culpandome de todo. Pensando que lo que sentía estaba mal,
dudando si estaba bien haber hablado, mi cabeza no paraba, solo quería irme de allí.
Esto es muy difícil en la práctica ya que cuando hay una injusticia voy hacia adelante
a pelear por ello, dejando de verme en esa lucha a mi misma.
Creo sinceramente que será una mejoría para el otro accionar de esta forma.
Pero detrás de esto había una red que me estaba esperando,
creyendo en lo que decía y apoyando mis pasos a seguir.
Brota de mi las ganas de seguir construyendo colectivamente,
mientras aprendo a no exponer tanto mi corazón para no lastimarlo.