Cuando lloras de alegría se siente algo inexplicable es como una revolución en el cuerpo. Es un torbellino que te viene de todo lo que transcurrió para llegar a este momento. Difíciles momentos, abrazar fuerte para resistir para seguir adelante a pesar de que empujarán y lastimaran para no dejarte levantar.
Resistir para construir desde una perspectiva diferente, transversal, integral e igualitaria, y en defensa a los derechos siempre.
Esas justas palabras
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